domingo, 19 de abril de 2009

El Adán Electrónico y…

Ya usted debe conocer la noticia de que científicos de la Universidad de Aberystwyth , en Gales y la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, han creado un robot capaz de formular hipótesis, crear y conducir experimentos sin intervención humana, su nombre Adán.

Los expertos están trabajando en el siguiente robot, que aseguran será muy valioso en la búsqueda de soluciones a problemas de salud como por ejemplo el paludismo, su nombre Eva.

Para los cristianos estas noticias nos hacen recordar las palabras del
Libro de Génesis:

“Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia y del mal” (Génesis 2: 9).

Siglos después el profeta Daniel expreso:

“…Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4b).

Ha pasado el tiempo y las palabras de Moisés, en Génesis, están latentes en cada generación y la profecía de Daniel en su punto de cumplimiento actual.

Si es cierto que el desarrollo del conocimiento humano trae aparejado la prosperidad y el dolor, esto lo refleja Salomón el rey de Israel, el sabio más sabio de todos los siglos:

“El corazón entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia” (Prov. 18: 15).

“El alma sin ciencia no es buena, y aquel que se apresura con los pies, peca” (Prov. 19:2).

También el sabio Salomón expreso:

“Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor” (Eclesiastés 1: 18).


Amigos, ciencia y dolor, prosperidad y calamidad, gozo y tristeza, vida y muerte.

¡Que manera de combinar resultados!

¿La causa?

La desobediencia del Adán y la Eva del Huerto de Edén.

Los conflictos desde entonces no se han detenido sobre la Tierra, aparentemente surgen horizontes de prosperidad e inmediatamente brota las guerras, los actos de terrorismo, la delincuencia, el aumento de las adiciones, las esclavitudes modernas, los signos demoníacos de la muerte.

El hombre primero y la mujer, fallaron.

No le echemos toda la culpa a ellos, somos tan responsables los que vivimos en este siglo XXI del deterioro de la calidad de vida, de las divisiones familiares y entre las naciones, los conceptos de “cambio” que arrastran al estancamiento de las virtudes y la pérdida de los valores éticos.

Pero hay una verdad que se impone: El hombre busca su origen y quiere volver al grado del conocimiento del bien, de hacer cosas buenas, hallar respuestas a los problemas y situaciones, arreglar, a su manera, los baches de la vida, sólo que lo quiere hacer sin Dios.

Se olvidaron los científicos que fue Dios quien hizo al primer Adán y la primera Eva, los hizo del polvo de la tierra, y les dotó de sabiduría, autoridad para administrar y disfrutar la responsabilidad que no era fatigosa sino agradable y perfecta.

Se olvidaron los científicos que ese mismo Dios, Creador y Sustentador de todas las cosas, por amor a la descendencia del primer Adán y Eva, usted y yo y los millones de todas las generaciones, “se hizo carne” y Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes( Mateo 2:1).

Este es el Segundo Adán, Jesús (I Corintios 15: 45-49)

“Vino a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).

Y cuando una persona cree en Jesús todo es diferente (II Corintios 5: 17-21).

Y este es el resultado de la sabiduría de Dios.

No estoy opuesto al desarrollo del pensamiento humano, ni a los logros de la ciencia, siempre que estos sean de utilidad sana y provechosa para la humanidad.

Lo que el hombre sea capaz de realizar está dentro de la voluntad permisiva del Creador, aunque el Señor no esté de acuerdo con ello.

Pero hay una responsabilidad que no podemos eludir, lo que hacemos, pensamos y sentimos nos acerca o aleja del Creador y esto o es bueno o es malo.

Existe una lucha tremenda en el interior de los humanos: paz o discordia, armonía o caos, edificar o destruir, amar u odiar, deber o irresponsabilidad, fe o incredulidad.

La lista la podemos hacer muy extensa, aporte usted mismo sus pensamientos en esta dirección.

Bueno es reflexionar todos los días sobre nuestra manera de vivir, nuestro estilo de conducta, nuestros hábitos más enraizados en lo profundo de nuestro carácter y personalidad.

Seguramente haremos descubrimientos muy interesantes, recordaremos etapas de nuestra vida que fueron brillantes y productivas, otro menos, pero de todas formas están entretejidas en nuestra historia personal, son parte de nuestra experiencia, es el tesoro de valores o la bancarrota de los principios y los ideales no alcanzados.

Detenernos ante conclusiones negativas crea nostalgia o abatimiento, superar el bache del error produce paz y satisfacción.

Se necesita otro Adán y otra Eva en cada persona sobre la faz de la tierra, otro Adán y Eva de carne y hueso, conforme a la imagen de Dios.

Sólo Jesús lo puede realizar, integrar nuestro carácter a la voluntad divina, establecer nueva relación familiar con Dios, el Padre celestial y acercarnos al plan original: santidad en un mundo material.

¿Qué usted opina, piensa o desea cambiar en su vida?

Converse con el Señor, el tiene el poder de arreglar todas las cosas.


Rodolfo Luis.

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