viernes, 22 de julio de 2011

Un Grave Error: Vivir En El Pasado

Un Grave Error: Vivir En El Pasado

Millones de personas sufren porque no pueden escapar de “su pasado”.

Pero se puede arreglar esa condición y dificultad extrema.

Ese pasado puede ser desastroso, cargado de historia desagradable, o de derrotas en intentos por superar crisis emocionales económicas, culturales o familiares, etc.

Todo en esta vida se puede arreglar si buscamos la solución en el lugar correcto y si comprometemos nuestro presente en realizar los cambios necesarios.

Jesucristo vino a esta tierra con el solo propósito de “buscar y salvar lo que se había perdido” y eso significa arreglar el desorden espiritual, moral, y material de la sociedad universal.

Solo Jesús lo puede hacer, “El tiene todo poder en el cielo y en la tierra”:

“Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.
                                (Mateo 28: 18)
Luego confiar en el Señor y colocar nuestras deficiencias en Sus manos es la clave para lograr la plena realización de nuestro existir.

¿Cómo se logra esto?

Jesús dijo: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar (Mateo 11: 28).

Nada es más pesado que la culpa, cualquiera que esta sea, y no importa cuan horrible o simple parezca, es culpa, es carga pesada sobre la conciencia, ocupando espacio en nuestra mente y robando paz a nuestro espíritu.

La liberación del pasado, de la vieja manera de vivir, del estilo equivocado, de los errores cometidos, de las fallas de nuestro carácter, las equivocaciones recurrentes, todo tiene arreglo en Jesús.

Se necesita varias cosas de tu parte para salir del pasado que aplasta:

1.- Reconocer que necesitas libertad espiritual

2.-  Compromiso de no volver a cometer los mismos errores

3.- Fe plena en que Jesús te puede ayudar

4.- Obedecer el programa divino para la restauración espiritual y emocional.

De esto depende la plena recuperación y el iniciar una vida diferente, centrada ahora en el vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.

El rey David es un ejemplo típico de hombre marcado por la desobediencia a Dios.
Su conducta errada por momentos trajo consecuencia a su nación, familia y a él mismo.

El Salmo 51 es una declaración de culpabilidad:

“Ten piedad de mí, Oh Dios, conforme a tu misericordia; conforma a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad. Y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí”.
                                   Salmo 51: 1-3
David estaba viviendo en su pasado, y eso nunca es vivir, es sufrir en silencio y es buscar en diferentes alternativas el desahogo del volcán interior que consume lentamente al espíritu y no hallar esa liberación.

Lo grande es que Dios sí perdona, salva y restaura y la prueba la da el mismo David:

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado”.

“Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado”.
                                       Salmo 32: 1, 5

Aquí esta la bendición del perdón, del arreglo que produce la gracia divina en una vida que reconoce sus errores y busca la liberación en las manos taladradas de Jesús.

No vivas en el pasado, libérate por medio de la fe en Jesús.

Rev.Dr. Rodolfo Luis



P.D. Arreglar nuestras vidas es una labor que solo Jesucristo puede hacer.

P.D. Aceptar Su gracia y favor es el mejor acto de humildad que podemos realizar.

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