domingo, 15 de marzo de 2009

Cosas que se Pueden Arreglar

¿Optimista o Pesimista?

Nuestro diario vivir está formado de una serie de acciones y de toma de decisiones que dan lugar a actitudes que nos acompañan en series de eventos o en determinado momento.

Esta secuencia de emociones, reflexiones, estados anímicos, base espiritual, fe, relación con nuestro prójimo, familia, centro de labores, personas de nuestro círculo de interés, grupos sociales a los cuales pertenecemos de alguna manera, dejan su huella y producen un marcado reflejo de lo que se “cocina en nuestro interior”, esto se puede llamar: Optimismo o Pesimismo cuando sale fuera de nosotros e identifica nuestro estado interior.

Las circunstancias que nos rodean, ya sean dificultades económicas, pérdida del trabajo, la salud quebrantada, complicaciones familiares, eventos sociales, y otras tantas que podríamos citar, colocan la balanza del lado opuesto al Optimismo.

La otra cara de la moneda se centra en las ganancias, las buenas noticias, la prosperidad, los triunfos, las alegrías, buenas relaciones familiares y sociales, sostén económico estable, seguridad, solución de problemas satisfactoriamente, en fin éxito de todos los colores y sabores.

Pero la vida no es tan fácil, la realidad no es muelle, el gozo no se fabrica ni se compra, la satisfacción plena no está en “especial” en el supermercado.

Existe una realidad que toca a todas las personas, es tu propia realidad, es tu enfoque primario, tu y sólo tu logran encontrar respuesta a la angustia de la vida cuando buscas las respuestas en el lugar adecuado y llegas por el camino correcto y entras a través de la puerta única de la oportunidad.

Esta es la razón de venir Jesús al mundo en forma humana, despejar las tinieblas que cubren la realidad individual, sacar a fuera lo que estorba para la plena realización de la vida, de acuerdo al modelo divino, el único que sirve, no por decreto sino por experiencia probada, en más de 21 siglos: El Evangelio de Jesucristo.

Yo sé que muchas personas al leer estas líneas pueden pensar que esto no es más que palabras, filosofía barata, utopía, y pérdida del tiempo.

No importa lo que otros piensen, lo único que tiene valor es el resultado de vidas transformadas del Pesimismo al Optimismo de la Gracia Divina, de ser un perdedor condenado por el orden de las cosas a ser un vencedor por el poder del Espíritu Santo.

Mientras escribo estas líneas, suena mi teléfono, es alguien que me cuenta su experiencia del día anterior en la ciudad de New York, la comparto con ustedes:

“ El viaje fue rápido, cuando salí del tren me encontré con una mesa llena de literatura cristiana, del otro lado de la avenida estaba una mujer con un altavoz predicando el Evangelio, seguí mi camino y al llegar al lugar de mi reunión de negocio, en un Restaurante, encontré a dos jovencitas entregando literatura cristiana ,yo tomé uno también, el texto: Reconciliación. De regreso hice el mismo camino a la inversa, allí estaba la misma mujer con el altavoz predicando el Evangelio, las muchachas entregando literatura, las mesas con porciones bíblicas y un hombre que cruza a mi lado con una Biblia en la mano. Al tomar el tren, escuché una dulce voz cantando una canción cristiana en inglés, era un moreno con muchos tatuajes en sus brazos, tomó el mismo tren que yo, y comenzó a tocar en una flauta música cristiana, tal parecer que tenía bien medido su tiempo, porque en un momento dejo de tocar y entonces con voz muy firme expresó: solo Jesús me pudo cambiar, solo Jesús me pudo cambiar, todas las personas que pasaron junto a él recibieron de sus labios este otro mensaje: Dios te bendiga.

Esto en este siglo XXI, en la gran manzana, New York, marzo 14, año 2009.

Estas son vidas arregladas por la gracia divina, la obra de Jesucristo, el poder del Evangelio, la acción poderosa del Espíritu Santo, el Amor de Dios en acción.

Siguen bajo la fuerza de las circunstancias, la recesión, la pérdida de trabajos, los rechazos de los que los consideran equivocados y mucho más, pero tienen el Optimismo de la esperanza que no avergüenza que es Cristo en nosotros, la esperanza de Gloria”(Colosenses 1: 27).
Esta fue la experiencia de Pablo, el apóstol a los gentiles, puede ser la tuya también hoy.

¿Hay cosas que arreglar?

Sin duda alguna, Si.

¿Crees que el moreno flautista no tiene sus experiencias amargas de la vida pasada? Estoy seguro que sí.

¿Piensas que la señora con el altavoz anunciando el poder del Evangelio, lo estaba haciendo porque le suena bien, o le están pagando $ 50.00 por 6 horas de labor?

Absolutamente NO.

Yo no conozco la historia de cada uno de ellos, pero sé que lo único que mueve a las personas hablar del amor de Dios es su propia experiencia de relación y de perdón, liberación y salvación por la fe en Jesús.

Los que se exponen a la crítica del mundo en este sentido, lo hacen inspirados en la gratitud que sienten hacia su Salvador personal, Jesús.

Su Optimismo espiritual va por encima del pesimismo material y circunstancial, ellos han encontrado el Camino, La Verdad y La Vida (Juan 14:6).

La vida, en la cual Jesucristo está ausente, será siempre blanco del pesimismo en todas sus manifestaciones y resultados.

Los que depositan, con fe, en las manos del Señor Jesús sus vidas y tratan con El sus necesidades interiores y exteriores, reciben paz y seguridad.

El Optimismo deja de ser un artículo para mostrar, se convierte en la experiencia de “vivir completos en El”.

La decisión es suya, pero recuerda se puede arreglar todo con Jesús.

Rodolfo Luis.

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