jueves, 11 de diciembre de 2008

Cosas que se Pueden Arreglar,Tu vida


Dejó lo que le acompañaba, Su Cántaro

No sabemos como se llamó esta mujer, tampoco que color de ojos o cabellos tenía, a nadie le preocupaba si era más delgada o gruesa, en aquella época poco valía la vida de una mujer.


Era un día más en la rutina de su vida, entre sus actividades estaba el ir a sacar agua del pozo, no se quejaba por ello, talvéz si necesitaba esta caminata para alejar de sí imágenes de experiencias ocurridas durante la noche anterior.

No sabemos de su economía, no era problema entonces saber que costo tenía el petroleo, o cuánto valía el azúcar en el Mercado de Londres, paradoja de la vida, ella iba a sacar agua del pozo, llevaba lo que siempre le acompañaba: Su cántaro.


Su familia, bueno, se atrevió a decir que no " tenía marido" y aquella persona , tan decente y cuidadosa de no lastimar a otros, se expresó con sencillez y comentó: " haz dicho verdad, no tienes marido, cinco has tenido y el que tienes ahora no es tu marido, esto has dicho con verdad".


Ella no estaba en el siglo XXI, de ser así hubiese dicho: " te voy a demandar"; o le hubiese dado una sonrisa al forastero sentado junto al pozo, todo era posible.


Aquella mujer no tenía nada en realidad, ni familia, ni esposo, ni nombre para nosotros, sólo Su cántaro.


Tampoco hoy son muy importante los nombres, los números sociales sí son importantes, sin ellos se les llama a las personas "ilegales, indocumentados", carecen de significado en una sociedad moderna, aunque ésta se aproveche de sus esfuerzos, conocimientos,trabajo. Este es el siglo XXI.


Pero si hay una realidad objetiva y es que somos de carne y hueso, tenemos espíritu, nos crearon con un propósito especial, no hemos venido a este mundo para ser "contados", somos parte de una familia, la Humanidad, y pertenecemos a un orden específico : "creaturas de Dios".


Sabemos por lo que la Biblia nos enseña ,que las consecuencias de la desobediencia original, produjo toda una suerte de trastornos en la Naturaleza física y en la vida de la primera pareja, de ahí un ciclo ininterrumpido a causa de la herencia, que contamina a todos y deja cada día su saldo de dolor, venguenza y muerte.


Pero ¿ Se acuerda de la mujer del cántaro que vino a buscar agua al pozo y se encontró con un forastero cansado del camino y que le pidió agua?


Ella nos recuerda que todos estamos en el camino, que todos necesitamos un encuentro con Aquel que estaba junto al pozo y desea pedirnos algo: "déjame entrar en tu casa"(Apoc. 3:20)


También usted recuerda que de aquella conversación nació una acción: ella "dejó su cántaro" y se fué a la ciudad de donde había venido.


¿Sabe usted que todos tenemos un cántaro?


Sí, es nuestra vida, nuestra mente, nuestro espíritu, nuestra alma, mientras que no se llene de la gracia divina, de los propósitos para lo cual fuimos creados, hasta que no estemos envuelto de lleno en el Plan del que trazó nuestra existencia, nuestro cántaro estará vacío.


No importa entonces como usted se llame, el color de sus ojos y su piel, la estatura y de donde es ciudadano, está vacío, carece de identidad espiritual, su realidad individual es sin sentido, no importa que sea científico y le hayan dado el Premio Nobel , tampoco que sea un analfabeto y no sepa leer ni escribir, el cánataro está vacío.


La mujer se fue a la ciudad, habló con ciertas personas que conocián su vida, las mismas que sacarón de Su cántaro sus ilusiones y sueños de jóven, pero ella había experimentado algo especial en aquella conversación con el forastero sentado junto al pozo, algo que cambió su vida para siempre, sentía necesidad alegre de contar el alivio de su interior, tan pesado hasta hacia pocas horas atrás, necesitaba pasar a otros la noticia de que había un hombre junto al pozo con una mirada limpia , con voz suave y firme, que no criticaba ni gritaba, ni golpeba con el pie el suelo, sereno, llenando Su cántaro de paz.


¿Será este el Cristo?


La esperanza nació en la mente de aquella mujer sin nombre, nació para aquellos distinguidos hombres" que la conocían y corrieron y le conocieron y le escucharon y sus cántaros se transformaron en fuentes de agua viva.


La Samaritana y su historia la puedes leer en el Evangelio de San Juan capítulo 4, es de más de 2mil años y cada día se repite en la sociedad moderna.


Gentes que andamos con Cántaros sobre nuestros hombros, necesitados de "agua viva", gente que conoce a Jesucristo y se convierten en manantiales de testimonio de fe y esperanza para los demás.


¿Cámo está su cántaro?


Jesús le ama, El vino a "buscar y salvar lo que se habia perdido" (Lucas 19:10)




Amigo/a si necesitas oración o compartir alguna experiencia , deseas un consejo, puedes escribirme a:

rlrodolfo487@gmail.com

El Señor Jesús, que les ama, les bendiga.

Rev. Rodolfo Luis.


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