viernes, 26 de diciembre de 2008

Toma acción, arregla ahora


Toma Acción y Arregla Ahora

Todas las personas enfrentamos un reto en nuestra vida cotidiana: Toma de decisiones.

Y en ese reto se vincula, de forma muy especial, otra actitud que nos acompaña: la indecisión.

¿Entre cual de las dos actitudes estamos prisioneros en nuestro vivir?.

Por un lado deseamos realizarnos de alguna manera específica, por otro lado sentimos la presión de ideas y conceptos arraigados en nuestro sub consciente que nos grita la imposibilidad de realizarnos y nos crea un espacio entre la toma de decisión definida y la incontrolada indecisión.

En medio de esta lucha de ideas se produce la depresión, las angustias, la derrota interior.

Son grietas en el carácter, por las cuales se escapa lo mejor de nuestra existencia y es preciso cerrar esas grietas, arreglar nuestra autoestima y recobrar la calidad de vida para la cual fuimos creados.

No es asunto de palabras, es prioridad, es vital reconocer la brecha que se abre en nuestro ser por causa de las indecisiones, cuando es menester tomar decisiones y de forma activa.

¿Cuáles son esas decisiones que se ven bloqueadas por indecisiones?

Comparto algunas contigo, pueden ser las que tú experimentas o las que otra u otras muchas personas viven .

La primera para mí es: la total realización de nuestra vida

Muchas personas viven a medias sus vida, llenos de temores, disminuidos , aplastados por conceptos errados acerca del comportamiento, de las riquezas, de la pobreza, moral, religión, familia, amistades, la lista es inmensa.

¿En cuál puedes estar atrapado?

Te cuento que las actitudes que tengamos en la vida serán las responsables de nuestro triunfo o derrota, de ellos depende el grado de satisfacción que experimentemos a lo largo de nuestra existencia.

Qué es una actitud?

John Maxwell define la actitud de la siguiente manera:

“Es un adelanto de quiénes somos en verdad.
Sus raíces se encuentran en el interior y sus frutos salen al exterior.
Es nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga.
Es más honesta y coherente que nuestras palabras.
Es una apariencia exterior basada en experiencias pasadas.
Es algo que acerca a las personas a nosotros o las aleja.
Solo se satisface al expresarse.
Es la bibliotecaria de nuestro pasado.
Es portavoz de nuestro presente.
Es el profeta de nuestro futuro”.
(Piense para Obtener un Cambio, Maxwell).

Tan sólo una palabra: “Actitud” y mira cuanto significa, de acuerdo a Maxwell.
Y realmente es así, usted sabes por experiencia propia que la vida se torna feliz o desgraciada dependiendo de nuestra propia actitud.

¿Acaso no haz visto en las noticias lo que son capaces de realizar miles de minusválidos?

Ellos y ellas, juegan basketball, hacen carreras de distancias y para vergüenza de muchos que poseemos la bendición de tener nuestras piernas, lo hacen en sillas de ruedas, superando el reto de lo que otros llaman “incapacidad física”.

La pregunta hacernos es: ¿Por qué estos vencen obstáculos reales, físicos y sicológicos, mientras que otros se rinden al poder de una idea negativa?

La respuesta es: La decisión de vencer para los primeros; la indecisión sembrada en el subconsciente del “no puedo”.

Pero podemos arreglar esta condición, todo depende de nuestra actitud, lo deseo o lo rechazo, acepto el reto y lucho y me impongo, o cedo, me limito y sufro.

Yo sé que se necesita apoyo, necesitamos la mano de alguien que nos sostenga a dar esos primeros pasos decisivos, nos hace falta la palabra inspiradora del amigo que se acerca y nos dice: “estoy aquí para ayudarte”.

Muchas veces nuestras amistades y familia nos dejan, se cansan de nuestra limitación, contribuyen a nuestra indecisión, nos recuerdan el origen del problema, nos acusan de no ser lo arriesgados que debemos, critican nuestra actitud, condenan nuestra vida con palabras que se clavan en nuestra mente, nos sentimos avergonzados y atrapados a la vez, el cielo se cae sobre nosotros, y sentimos un peso horrible.

Vamos, toma acción ahora.

Conozco a Alguien que no deja a nadie plantado, esperando o sin una respuesta que cambia todo tipo de actitud negativa, tiene el poder maravilloso de hacernos pensar diferente, llena nuestra mente de ideas de victoria y fortalece nuestro hombre o mujer interior con el valor de Su presencia, se llama Jesús de Nazaret.

¿Dónde vive? Tan cerca como el aire que respiras.
¿Cómo contactar con él? Con una simple oración de fe.
¿Cuándo recibir su ayuda? Ahora mismo.

A El no hay quien le gane en soluciones increíbles y maravillosas.

Te cuento una historia real, de más de 20 siglos, era un hombre cojo de nacimiento, ya te dije que 20 siglos atrás, luego no existían los centros hospitalarios modernos con sus salones de cirugía láser, ni las terapias avanzadas.

Este hombre era una miseria humana, mendigando, limitado al extremo, dependiendo de otros que dejaran caer limosnas en sus manos temblorosas, lo imagino sucio, abandonado por el resto de la sociedad y bajo la crítica de los que siempre andan buscando las causas de los problemas de otros, no para ayudar sino para determinar el grado de juicio y condena que merece.

Un medio día, dos diferentes hombres van al templo a orar, es en Jerusalén, allí está el cojo de nacimiento pidiendo limosnas, ahí está cifradas sus esperanzas de alimentación, está en su lecho portátil, pidiendo, esperando, suplicando, me imagino sus ojos buscando los ojos de otros , él quiere convencerles de que necesita ayuda.

¡Que sorpresa!

Dos hombres que suben al templo a orar al Señor del cielo y de la tierra, Creador y Sustentador de todo lo que existe, se detienen ante la súplica del cojo, detienen su marcha hacia el encuentro con el Señor, detienen su propósito de adoración para oír la voz de uno que esta tirado sobre un camastro, limitado física y espiritualmente.

¡Tan pobres como el otro, pero ricos en fe!

“No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”
(Hechos 3:6)
Resultado, el cojo saltó, se puso en pie, anduvo y entró al templo adorar y dar gracias al Seños que le sanó (Hechos 3:7-10).

¿Dónde está el milagro de sanidad del cojo?

¿En sus tobillos restaurados y fortalecidos?

¿En un camastro que no tiene usuario?

El milagro está en su alma, Jesús cambio su derrota en victoria, su angustia en alegría, le hizo saltar de gozo, le dio libertad de la esclavitud de las limitaciones, le hizo andar y alabar a su Creador y Señor.

La cojera la podemos usar para ilustrar el estado de ánimo de millones de personas que viven sin metas, desperdiciando la vida, pidiendo limosna de “alegrías pasajeras” de pobres satisfacciones transitorias.

No te conformes con eso.

Dios te creó para vivir a plenitud, para disfrutar la vida con sanidad interior y expresar contentamiento por doquier.

Nos creó para ser bendición de los demás, para entregar sonrisa y mirada limpia, para estrechar manos con afecto y extenderlas para levantar a otros de su camastro de anonimato.

Es el tiempo para arreglar.

Depende de tu decisión, de tu actitud, de tu fe.

Jesús, el Señor, espera por ti.

Rodolfo Luis.

Si necesitas ayuda, consejo, oración, no dudes en escribirme a:
rodolfo0852@yahoo.com

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