jueves, 15 de enero de 2009

¿Común o diferente?

¿Qué prefiere ser común o diferente?

Los cambios sociales se establecen sobre patrones de conducta, pensamientos, estilos, imitaciones, tradiciones, influencias políticas y económicas, y muchas otras cosas más.

¿Dónde queda la educación?

¿Dónde la influencia de la religión?

¿Cuáles fueron los valores y principios que se olvidaron o fueron criticados como antiguos modelos?

Existe un semillero de opiniones un manantial de críticas que parece no tiene fin, ideas revolucionarias que ganan adeptos y movimientos que se propagan con fuerza, todo esto es el resultado de la fuerza de pensamientos, ideas fijas, metas propuestas para lograr objetivos.

En cualquier área de la vida de la sociedad ocurre lo mismo, siempre existen hombres y mujeres que miran lejos y ven en los profundo, les llamamos líderes, emprendedores, pensadores, filósofos, científicos, académicos, estadistas, profesionales, consejeros, ciudadano/a.

Tienen ideas diferentes al resto de la sociedad y aunque combinan la experiencia de muchos y la sabiduría de otros, logran imponer sus ideas y alcanzar sus objetivos.

Por otro lado están los millones de personas que parecen que no piensan, sólo aceptan las disposiciones, las leyes, las regulaciones, las directrices, las enmiendas, en fin todo lo que otros crearon con buenas razones y sanas intenciones.

“Dudar de todo o creerlo todo son dos soluciones igualmente cómodas; ambas evitan la necesidad de la reflexión.”
( Jules Henri Poincaré)

¿Sabe usted que nuestro Creador nos hizo diferentes y dependientes los unos de los otros?
¡Que combinación tan perfecta!

Nadie es indispensable pero todos somos necesarios.

Necesitamos la contribución, el aporte de todas las personas en cualquier lugar donde usted decida vivir.

Cada persona es diferente en sensaciones y gustos, aspiraciones y sueños, en actitudes y realizaciones, somos una maravilla que sale de las manos de un experto Creador en variedad, nadie es igual a otro.

Pero esta diferencia no es para distanciarnos, más bien es esencial para atraernos, para hacernos familia, amigos, comunidad, sociedad, iglesia.

Hay un elemento interior en cada persona, maravilloso, se le llama sentimiento.



Forma parte de la función cerebral de los humanos y capacita para reaccionar a los acontecimientos de la vida diaria.
Por medio de ellos podemos amar y construir buenas relaciones, acercarnos a diferentes personas sin conocerlas y extender nuestras manos de solidaridad y hacer aporte a causas significativas.



Los sentimientos descubren la riqueza interior que nos acompaña, el poder de dar sobre el recibir y la grandeza del agradecer en lugar de rechazar.



Los sentimientos enmarcan nuestras acciones le dan colorido, le añaden el perfume de la amabilidad y la fuerza de la dignidad.



Los sentimientos hacen milagros extraordinarios, sacan a la luz el tesoro del amor, muchas veces profundo en nuestra alma, pero que se descubre por el impacto del poder transformador de una sonrisa, un apretón de manos un abrazo, lágrimas vertidas en el momento preciso, solidaridad a prueba.



¿Estarás de acuerdo conmigo en todo lo leído hasta aquí?



¿Puedes añadir tu propia experiencia en este sentido?



De eso se trata, este es el propósito, que hagas que tu mente piense, reflexione y discrepe, de esa manera se enriquece la vida, nace un concepto, se forja un pensamiento y esta da lugar a una actitud, combinada con la práctica genera un carácter y personalidad por el cual te conocerán.



¡Entonces eres tú!



Ahora déjame compartir otras ideas que considero muy importantes y con las cuales estarás o no de acuerdo, pero lograrán el efecto deseado: tu opinión.



Necesitamos reconocer que existe un gran problema que nos afecta a todos: las influencias nocivas.



¿Cuáles son sus amistades y cómo piensan ellas de la vida y cuánto influyen en tu manera de pensar y actuar?



¿Cuáles son las metas que te has trazado alcanzar y qué te motiva para ello?



¿En qué empleas tu tiempo libre y también esa otra parte del día en que realizas actividades educativas o de trabajo qué pensamiento te acompaña, qué actitud te dirige?



Millones de personas van a sus trabajos llenos de prejuicios, agotados por la influencia de pensamientos negativos, de experiencias desagradables, discusiones en el hogar, presiones económicas, preocupaciones familiares, vacíos internos.



Multitudes están viviendo bajo la fuerza de la rebeldía, con asperezas en su vocabulario, modales inapropiados, gestos de violencia continua, ignorando a los demás y desconociendo los derechos de otros.



Esta es parte de la realidad de millones y es viral, se contagia con rapidez, no respeta edad ni sexo, es letal, penetra lo profundo de las personas y los domina y obliga a proceder de forma inesperada y cruel.



¿Cómo vivir sin ser contaminado por ese estilo de conducta, por esa moda moderna?



¿Cómo salir de ese círculo y ser libre para siempre, realizarme para lo cual vine a este mundo?



Esto se puede arreglar.



Es indispensable arreglarlo a tiempo.



Las Naciones Unidas ( ONU) han declarado este año 2009 “Año de Reconciliación”.
Ellos son líderes mundiales que ven el deterioro de la sociedad moderna, la violencia en diferentes regiones del planeta, el abuso de autoridad por unos y las desigualdades que sufren muchos.



Existe una forma de reconciliación única, no es política, tampoco filosófica, no depende del grado de cultura, no se requiere dinero para adquirirla, ser inteligente o analfabeto, pobre o rico, desplazado o propietario.



Es reconciliación interna.



León Tolstoi expresó: “Todo el mundo piensa en cambiar al mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo.”



Cambiar a sí mismo es la tarea mayor a la cual nos enfrentamos los humanos.



Lo que usted piensa determina su acción diaria, sus relaciones, su conducta, su estilo de vida, pero espere un poco, determina su presente y futuro aquí y para la eternidad.



¿Cómo puedo arreglar la manera de pensar?
Esa es una pregunta muy importante.



También tiene su respuesta.



Para empezar debemos reconocer que necesitamos cambiar nuestra forma de concebir la vida, de aceptar las opiniones de los demás, aunque esto no significa que tengo que asumir las ideas de otros, si estas no son dignas de ser tomadas en serio.



Cambiar, es la cosa más difícil que debemos enfrentar, es el reto a la tradición y a moldes establecidos desde la niñez , es considerar valores y principios a los cuales estuvimos de espaldas por años o simplemente no queremos aceptar en nuestra presente juventud.



Cambiar ¿Por qué?



Porque se necesita una reordenación de nuestra vida interior. Fuimos creados para “alabanza de la gloria de Dios”(Efesios 1:3-14).



No somos el resultado ciego de la pasión, del sexo sin protección o fuera de control.
Estas cosas son muy importantes que las reconozcamos porque existen muchas personas que están marcadas por el rechazo materno y el abandono paterno.



Personas que no escucharon en la niñez una palabra de amor y sí recibieron muchas muestras de falta de ese sentimiento indispensable en la vida.



Dios nos creó para lo bueno y digno, nos permitió ser el resultado de una unión física, donde el amor y la pasión se dieron cita y de donde brotó un nuevo ser , con el aliento de vida que sólo trasmite el dador de la vida y sustentador de todas las cosas ( Colosenses 1:15-20).



Dios tiene planes preciosos con cada persona, desde su individualidad, somos útiles, tenemos cosas en las cuales ocuparnos y que hacen bien a los demás.



Fuimos creados con propósito bueno, enriquecedor de la familia, sociedad, iglesia.
No eres un estorbo, tampoco un desperdicio humano, eres criatura de Dios y puedes ser hijo de Dios por la fe en Jesucristo ( Juan 1:12-13).



Cuando permitimos a la fe en Jesús trabajar dentro de nuestra alma, la mente es reordenada al propósito divino, comenzamos a comprender que no somos el resultado de la pasión, sino la respuesta divina a Su plan eterno.



No eres común, tienes un nombre nuevo: hijo/a de Dios, eres diferente a los demás, si, no cabe dudas, ya no haces lo que antes te alejaba de la paz y la plenitud de vida.



Ahora te interesa ayudar a los demás a encontrar el Camino y la Verdad y la Vida (Juan 14:6).
Y todo esto, mientras vive cada día ocupado en realizar tu tarea dentro de una sociedad que necesita de Luz y Sal (Mateo 5: 13-16).



Si Jesús arregló tu forma de pensar y sentir, el vivir será diferente, será Cristo extendiéndose a través de tu persona en una sociedad que necesita conocer a Jesús.



Rodolfo Luis.







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